Tamiza los ingredientes secos y frota la mantequilla con las yemas de los dedos hasta que la mezcla parezca pan rallado.
Añade el queso y la leche hasta formar una masa consistente que se pueda estirar con un rodillo. Divide la masa en cuatro porciones.
Estira cada porción sobre una tabla de masa enharinada hasta formar círculos de 20 cm de diámetro.
Corta los bordes exteriores de forma bonita y divide cada uno de los círculos como si fueran los radios de una rueda en ocho porciones iguales.
Enrolla cada porción desde el borde exterior hasta la punta. Dobla ligeramente los 32 panecillos para que tengan forma de medialuna y colócalos a cierta distancia entre ellos sobre la bandeja de horno engrasada.
Bate las yemas de huevo con la leche restante y cubre los panecillos con ella. Coloca los panecillos en una posición alta en el horno y hornéalos durante unos 15 minutos a 200 °C hasta que estén cocidos o dorados.
